El control pasivo de estructuras es una de las estrategias para controlar los desplazamientos y las fuerzas de inercia que se generan en los puentes durante un temblor. El concepto en el que se basa el control pasivo se orienta a la reducción de la demanda sísmica en la estructura y a mejorar su capacidad de disipar energía, más que en tratar de incrementar su capacidad de resistencia o de deformación. La adecuada aplicación de este criterio conduce a sistemas que se comportan en forma elástica durante
grandes sismos.
Los aisladores sísmicos reducen notablemente la rigidez del sistema estructural, haciendo que el periodo fundamental de la estructura aislada sea mucho mayor que el de la misma estructura con base fija y diferenciar la mayor cantidad posible el periodo natural de la estructura con el periodo natural del sismo. Entre los distintos dispositivos que permiten mejorar el comportamiento de las estructuras en terremotos se encuentran los aisladores elastoméricos.
Aisladores Elastoméricos de Alto Amortiguamiento (Hdrb)
Aisladores Elastoméricos con núcleo de plomo (LRB)